Keta Guntha está radiante de seguridad. Es una sensación que dice no haber conocido antes, y que proviene de un solo papel: el título legal de la parcela de tierra que su familia cultiva en el estado indio de Odisha.
Para Keta, que vive con su marido y sus tres hijos en el distrito de Koraput, la vida antes de recibir un título de propiedad era una incertidumbre. Pero eso cambió en 2012, cuando Keta recibió un título de propiedad, o patta, a través de un programa de asignación de tierras del gobierno estatal de Odisha, en colaboración con Landesa.
"Ahora que tenemos el título de propiedad de nuestra tierra, ya no tememos perderla", dice Keta.
Con derechos documentados sobre la tierra, los hijos de Keta podían optar a una educación pública gratuita. Sus hijas, Rashmita y Sasmita, están matriculadas en primaria; su hijo, Jagdish, se graduó en secundaria a principios de este año.
La seguridad de los derechos sobre la tierra también ha permitido a Keta invertir en sus tierras. Ha cultivado 300 plantas de maíz dulce a partir de semillas que compró por 180 rupias (unos $3 USD). Vende su maíz dulce en un mercado de verduras cercano, y espera ganar unas 9.000 rupias ($130 USD) sólo esta temporada, un beneficio notable y una ayuda para los ingresos de su familia.
Keta y su familia, en posesión del título legal de su granja.