Sus derechos.
Su tierra.
Un futuro mejor
para todos.
Ayude a que los derechos sobre la tierra sean una realidad para
millones de mujeres de todo el mundo.
La Plataforma de Mujeres por el Derecho a la Tierra (WLR) es un espacio inclusivo para que mujeres de todo el mundo compartan y documenten sus experiencias y perspectivas en torno al derecho a la tierra.
Nuestro objetivo es utilizar la narración de historias como una herramienta impactante para la defensa de derechos y la construcción de movimientos, a la vez que trazamos un mapa de las organizaciones de todo el mundo que trabajan en diversos sectores que se entrecruzan con el movimiento WLR.

Faridul Islam, agente de extensión agraria

Rehema

Edith

Valentina Ángeles frente a la casa que ayudó a construir con Hábitat para la Humanidad en Hidalgo, México. ©Hábitat para la Humanidad Internacional/Jason Asteros
¿Por qué es importante el derecho de las mujeres a la tierra?
La tierra es la base de la vivienda, los medios de subsistencia y la resistencia al clima. La tierra es fundamental para la supervivencia.
Dado que la tierra es un elemento central del poder y la identidad, su control es fundamental para la justicia de género. Pero a pesar de los enormes avances recientes para garantizar la igualdad de derechos legales de las mujeres a la tierra y la vivienda, aún estamos lejos de lograr la igualdad en la práctica.
No podemos lograr la igualdad de género sin la igualdad de derechos de las mujeres y su control sobre los recursos más elementales del mundo: la tierra y la propiedad. Los derechos de las mujeres a la tierra son derechos humanos fundamentales.
Sobre la campaña
La Campaña Stand for Her Land está cerrando la brecha en la implementación de los derechos de las mujeres a la tierra: el abismo entre las sólidas normas vigentes para proteger los derechos de las mujeres a la tierra y la realización de esos derechos en la práctica, para que millones de mujeres puedan darse cuenta del poder transformador de los derechos a la tierra. Tanto si su hogar es una pequeña granja en Uganda, las regiones costeras de Colombia o un asentamiento informal en Nueva Delhi (India), todas las mujeres merecen un suelo firme en el que apoyarse.

Las mujeres no pueden ser propiedad, pero la tierra sí.